“A las Escuelas de Arquitectura, se les puede, y se les debe, exigir que proporcionen los conocimientos necesarios para ser arquitecto. Pedir que te enseñen a crear, es pedir peras al olmo. Y que los profesores lo pretendan es una actitud petulante.
Los conocimientos que ordinariamente se imparten en las Escuelas de Arquitectura son necesarios y algunos verdaderos artistas, como es el caso de Le Corbusier, que no han pasado por una Escuela, a pesar de su talento, sin embargo nos descubren, en sus trabajos, carencias casi pueriles que denuncian la falta de unas bases técnicas como las que puede poseer cualquier vulgar estudiante de cualquier vulgar Escuela de Arquitectura.”
Miguel Fisac en “Carta a mis sobrinos (estudiantes de arquitectura)”, Diciembre de 1982.