“La arquitectura ha sido siempre una profesión moralista y arrogante. Eso de que nosotros lo hacemos todo bien, pensando lo mejor para el mundo. Yo siempre he considerado que era un aspecto muy desagradable de la profesión.” Sigue leyendo
“La arquitectura ha sido siempre una profesión moralista y arrogante. Eso de que nosotros lo hacemos todo bien, pensando lo mejor para el mundo. Yo siempre he considerado que era un aspecto muy desagradable de la profesión.” Sigue leyendo